SOPAS
Las sopas son una especialidad culinaria muy antigua, puesto que su origen está en la necesidad de ablandar con agua hirviendo los alimentos más duros que no se podían masticar en crudo. Como el agua de la cocción tomaba el sabor de los productos, muy pronto se pensó en la posibilidad de consumirla como caldo.
Las sopas son fáciles de preparar y pueden llevar multitud de ingredientes, lo que permite jugar con un amplio abanico de texturas y sabores. También suelen resultar muy económicas y siempre digestivas ya que su punto de partida, que es el caldo, aparte de ser un tesoro de aromas y sabores, lo es también de vitaminas y minerales, porque los que no se quedan en el alimento pasan al caldo, aprovechando así hasta el último nutriente.
La sopa
constituía el plato principal de todos los hogares de Europa antes, durante y
después del reinado de Enrique IV (1553-1660) de Francia, el que hizo grandes
elogios de la misma. En esa época, la sopa se preparaba en un gran caldero que
se mantenía todo el tiempo suspendido sobre el fuego, mientras se cocinaba en
agua hirviente cuanto se echaba dentro.
De acuerdo
con los historiadores de la cocina, ya en el siglo XVIII se aceptaba que la
palabra ¿soupe¿ era de origen francés. Considerada una palabra muy burguesa,
muchos preferían usar en su lugar el vocablo potage.
Pero,
básicamente, para los franceses la palabra ¿soupe¿ es un caldo ligero, al cual
se le agregan hierbas, carne en trozos, pan, y otras guarniciones. Y el potage
es una mezcla más fuerte, donde el caldo se espesa con yemas de huevo, harina
crema, o un puré de vegetales.
Al mismo puede añadírsele una guarnición o no. Los italianos le llaman ¿minestra¿ a cualquier caldo al que se le agregue harina, pastas, arroz o papas. Y ¿zuppa¿ a los otros caldos, ya sean espesos o claros.
Los japoneses
le llaman ¿shirumono¿ a sus sopas, subclasificándolas en ¿suimono¿, una sopa
clara con guarnición. Y ¿miso¿, a la sopa espesa a base de frijol de soya
molido y fermentado. En una cena formal se acostumbra a servir ambas, la clara,
Suimono apara empezar, y el Miso, en algún momento a mitad de la cena.
Esta última
también se acostumbra a tomar en el desayuno.
Un caldo con
sabor a pescado, el dashi, también se usa con frecuencia en la cocina japonesa,
combinándolo con el caldo de pollo.
Por último,
como sabemos, tanto en España como en América Latina, a los caldos más claros
se les llama sopas ya los más espesos, generalmente de granos cocidos, como
garbanzos, frijoles (porotos, caraotas, habichuelas) alubias o lentejas:
potajes.
Aunque en
otros artículos hablaremos de los distintos tipos de sopa, las calientes y las
frías, los potajes u cómo se sirven en los diferentes países, ahora vamos a
brindarles varias deliciosas recetas de sopa. Le adelantamos una receta de
gazpacho, tan popular en el sur de España, para que le den la bienvenida al
verano.
Coinciden los historiadores y los antropólogos en que fue la sopa, la
primera receta de la humanidad. En la Edad de Piedra la utilización del fuego
permitió al hombre primitivo sumergir los alimentos en agua caliente tal
vez< buscando con esto ablandar los ingredientes y las carnes, proceso que
les daba mejor sabor.
Los griegos cocinaban una especie de caldo, muy claro y siempre basado
en cereales, que usaban también como remedio, pues el origen de la sopa era
como infusión medicinal, lo que ha perdurado hasta nuestro días, si no allí
tenemos como ejemplo la sopa de pollo que preparamos y tomamos con fe, cuando
nos sentimos afiebrados y débiles, y la de gallina que se les da en los pueblos
andinos de Venezuela a las parturientas y mientras guardan la dieta de
cuarenta días.
En la Roma antigua la sopa era un alimento muy popular. Bajo la amplia
denominación de potus, del verbo potare (beber) los romanos preparaban muchas
clases de sopas, parecidas a nuestros caldos de verduras o carnes, y de allí
viene hasta nuestros días el nombre de potaje.
En la actualidad todas las grandes sopas son elaboradas industrialmente
y están al alcance de todos. Sin embargo las sopas, caldos o guisos más
sabrosos continúan siendo los que, siguiendo ancestrales recetas, preparan los
cocineros y amas de casa con paciencia y sabiduría.
Pero como cosa curiosa, la sopa mas funesta fue "El temible
caldo". La sopa más célebre de la antigua cocina griega y que era un caldo
negro que preparaban en Esparta. Se elaboraba con sangre de animales, vinagre,
sal y unas extrañas hierbas aromáticas, lo que daba por resultado un brebaje
abominable pero que era considerado una fuente invalorable de heroísmo, Anatole
France aseguraba que si nadie igualaba a los espartanos en su desprecio a la
vida en el campo de batalla era porque consumían caldo negro.
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